La importación de vacunas era costosa y demorada. Además, había muchas dificultades para el abastecimiento y la conservación en los climas del país. Por eso era importante hacer esfuerzos para producir la vacuna localmente
La viruela llegó a lo que hoy es Colombia en 1558. Azotó al país por 406 años con epidemias periódicas cada veinte años, algunas con duración de tres años. La esperanza de una vacuna alentaba las expectativas de la población desde el descubrimiento de Edward Jenner en Inglaterra, durante 1796, pero era un asunto complejo: no era una tecnología completamente acabada, sino una promesa.
La importación de vacunas era costosa y demorada. Además, había muchas dificultades para el abastecimiento y la conservación en los climas del país. Por eso era importante hacer esfuerzos para producir la vacuna localmente, pero no se contaba con los laboratorios, el presupuesto ni personal idóneo para desarrollar dicho proceso.