La agenda del presidente Duque para este año se puede resumir en dos palabras: vacunar y reactivar. Se dicen rápido y fácil, pero ambas cosas serán muy difíciles.
La prioridad es el plan de vacunación contra la COVID-19. Un reto enorme no sólo para el gobierno nacional sino para toda la sociedad colombiana. El presidente finalmente señaló el 20 de febrero como la fecha en la cual comenzarán a aplicarse las vacunas. El proceso para suministrar 35 millones de dosis implica una serie de desafíos: garantizar el suministro de las vacunas, lo cual parece estar sucediendo; establecer una estrategia para distribuirlas y aplicarlas; y convencer al 40 % de los colombianos que se resisten a aplicarse la vacuna, como mostramos en un estudio conjunto entre Linterna Verde y Cifras y Conceptos
Todos esperamos que el plan sea un éxito y que la meta de inocular 35 millones de colombianos se logre en este 2021. Pero lo más probable es que un volumen indeterminado de ciudadanos deba esperar hasta el 2022.
Empezar la reactivación
El segundo frente depende de varios temas, y el primero de ellos es el éxito del plan de vacunación. Como van las cosas, los dos primeros meses del año estarán perdidos: los cierres, confinamientos, medidas de aislamiento y la demora en la vacuna han dado ya un golpe a la recuperación.
Luego viene la necesidad de acelerar las grandes inversiones públicas que se incluyeron en el plan del gobierno para este año. Valga la pena señalar que este plan muestra muy poco avance en relación con el Plan de Desarrollo que se aprobó en junio de 2019. Dicho de otra manera: Duque tiene que acelerar las muy pobres ejecutorias del gobierno nacional; si esto se logra se dará un impulso importante a la demanda agregada. Pero no será suficiente.
La reforma tributaria
También se necesita un conjunto de reformas para adecuar el comportamiento de la economía y la sociedad a las nuevas realidades de pandemia y post pandemia. La principal es la reforma tributaria.
Aquí parece haber un desacuerdo dentro del gobierno. El Ministro de Hacienda ve la urgencia de tramitarla en el primer semestre, mientras que el presidente y un sector de su partido prefieren postergarla para el segundo semestre.
La opción del ministro —hacerla pronto— tiene varias ventajas. Primero, los congresistas estarán más lejos del momento de su reelección y por lo tanto las posibilidades de que la pasen serán mayores. Segundo, se dará un mensaje de tranquilidad a inversionistas y calificadoras de riesgo sobre la viabilidad del manejo fiscal del país.
La opción del presidente —presentar la reforma cuando el plan de vacunación esté avanzado— tiene la ventaja de discutirla cuando ya no estemos en confinamientos y haya un ambiente más optimista frente al curso del país. Pero tiene muchas desventajas: su coalición de gobierno se irá debilitando en la medida que nos acerquemos al final de su mandato; si la reforma no está aprobada en el tercer trimestre —cuando las calificadoras de riesgo hacen sus evaluaciones— es muy probable que Colombia pierda el grado de calificación en su deuda, lo cual sería un obstáculo para el proceso de recuperación; y podría indicar que el presidente prefiere dejar la decisión de sanear las finanzas al gobierno que lo sucederá en agosto del 2022.
En otras palabras, al postergar la reforma tributaria para el segundo semestre se corre el riesgo de que no sea aprobada a tiempo.
Medidas económicas insuficientes
El resto de la agenda legislativa en temas económicos parece reducirse a algún tipo de ajuste en las formas de contratación. Pero ese proyecto aún no parece estar listo. La necesaria reforma pensional parece haber sido excluida de toda discusión posible. Este es otro pendiente que la administración Duque dejará a su sucesor.
Fuente: https://www.elespectador.com/noticias/politica/analisis-la-agenda-de-duque-vacunar-y-reactivar/